Así como nos explica la arqueóloga y antropóloga del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural(CICPC), Dayana Morales González; ”Reconocer la labor del mascarero, el aporte de la máscara y la importancia de la mascarada como elemento cultural, es indispensable para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial costarricense”.
Con el fin de rescatar la labor tan importante que ejercen los mascareros costarricenses al confeccionar las piezas de arte utilizadas para las diferentes actividades y festividades a nivel nacional, se abordarán los nombres y las historias de las personas que elaboran tales piezas de arte.
Principales mascareros de Costa Rica:
A lo largo y ancho del país siempre hay talleres y familias que han dedicado su tiempo a la confección de mascaradas, algunas más reconocidas que otras y, por desgracia, familias que con el pasar del tiempo han perdido el oficio tal como la familia Freer que durante muchos años fue la proveedora de mascaradas del oriente de la meseta.
En la región de Escazú, Pedro Arias fue el pionero de este oficio en las primeras décadas del siglo XX y sus nietos Gerardo Montoya, que continúa elaborando las mascaradas, y Álvaro Arias que prosiguen con la tradición familiar (este último conserva la colección de mascaradas de su abuelo que algunas tienen más de 90 años de fabricadas).
Otro de los más importantes mascareros del país, encontramos en la región de Aserrí al señor Rafael Ángel Corrales Durán mejor conocido como “Kalimán”, que es originario de la región de Escazú, donde observó desde su infancia a don Pedro Arias Zúñiga (1901-1980), un pionero en la elaboración de mascaradas en Costa Rica, sin embargo no empezó a confeccionar mascaradas hasta su traslado a la región de Aserrí.
Kalimán, 2014
Juan Carlos Picado, un mascarero con más de 10 años de experiencia y con tres hijos y su esposa que también aprendieron el arte de la confección de mascaradas, estos recibieron un curso en la municipalidad de Escazú que fue el detonante para que esta familia se dedicara a tal actividad.
El barveño William Zárate Camacho desde el sexto año de escuela elaboraba, junto a Carlos Cabezas y Adrián Chamoni, mascaradas y las vendía. Procedió con la apertura de un negocio propio donde alquilaba sus máscaras para las fiestas del pueblo y tras años de práctica ya logra hacer máscaras más personalizadas acorde a lo que le piden los clientes.
Esta vez hablamos de un mascarero un poco diferente a los demás, que aunque empezó con máscaras tradicionales, este se dedica como principal actividad a la elaboración de máscaras en miniatura. Hablamos de Alfonso Vega conocido como “Pocho Vega” que vive en la región de Dulce Nombre de la Unión de Tres Ríos, empezó desde niño y actualmente cuenta con 40 años de experiencia. Todas las obras que hace son mandadas al extranjero o a diferentes playas de Costa Rica para su venta y aunque se la pasa todo el día jugando con barro como dice él, el tiempo le pasa muy rápido.
La cartaginesa Elena Hernández, conocida como la primer mujer mascarera de Cartago empezó a realizar mascaradas miniaturas hace 17 años y con el tiempo se atrevió a hacer mascaradas más grandes y perfeccionando su propia técnica basada en la técnica de barro y papel. Su afán por las historia de pequeña cuando los abuelos y personas mayores de su pueblo contaban historias de terror le quedó grabado en la memoria y ver estos mismos protagonista de las historias que tanto le encantaban en las calles bailando y haciendo disfrutar a los espectadores, sumado con una situación económica agravante, fueron los detonantes que le ayudó a dedicarse a esta actividad.
Otro referente de Aserrí es William Fallas que gracias a su fuerte perseverancia a logrado instaurar un negocio en el que sus piezas ya han llegado al extranjero, a visto su negocio crecer y ser diversificado.
Localidades de mascareros a nivel nacional:
Entre los mascareros y localidades no mencionadas anteriormente podemos encontrar a Jorge Corrales y Alonso Valverde de Aserrí; Carlos Salas, Antonio Salas y Adrián Villegas de la zona de Barva de Heredia.
Es normal que se de una tendencia de más presencia de mascareros en las regiones cercanas a la Gran Área Metropolitana ya que presentan una mayor cantidad de eventos y recordar que los primeros vestigios de familias que dedicaban tiempo y alma a la elaboración de máscaras se dio en estas zonas aledañas.
Mapa con algunos de los asentamientos de mascareros en Costa Rica:
Motivos por los que iniciaron en esta labor:
1- Problemas económicos: algunas de las familias acudieron a la elaboración de máscaras, todo esto como un emprendimiento para salir de una situación económica agravante y que con el paso de los años fue perseverando en estas familias.
2- Influencia de otro mascarero: ya sea por tradición familiar o influencia de un conocido, esta actividad se fue propagando entre una gran parte de los profesionales conocidos en este ámbito.
3- Amor por la mascarada: Ya conocemos el caso de Juan Carlos Picado que asistió a un curso de elaboración de mascaradas y explícita mente dijo “Para mí no hay nada más lindo que ver las mascaradas tradicionales”, y como este muchos otros casos que aprendieron solos y solo los impulsaba el amor hacia la actividad.
Es increíble observar todas las declaraciones e historia de estos artesanos mascareros, ya que nos hace darnos cuenta que ellos son la causa, alegría y alma de las cimarronas, estos grandes personajes dando vueltas y cabezazos al aire que pasaron de ser una simple pelota de barro a ser tratados con cuidado y afinando cada detalle lo mejor posible por estos mascareros. Aunque para algunas personas este sea un proceso tedios y cansado, para ellos es una actividad que les rejuvenece y no cabe duda que se sienten orgullosos de tener un trabajo tan valioso tanto para ellos como para las personas que realizan y las que disfrutan de los eventos en los que estas se pueden encontrar.
Los más importantes en esta tradición son los mascareros que están todas las semanas realizando su propio arte, con el paso del tiempo es importante que más personas se interesen en esta actividad para la perseverancia de la mascarada costarricense.
Por: Josseph Picado.
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